Horizonte de sucesos - Entrega final
Elegimos ésta imagen, principalmente, debido a las múltiples preguntas e interrogantes que nos generaba. Encontramos algo "fuera de lugar" en toda la fotografía: en las lámparas, las luces, el vaso en la mesa de luz, el orden y la despersonalización de la habitación, la risa eufórica del personaje. Fue ello mismo lo que nos interesó, al punto de querer intentar recrearlo con nuestros propios medios -y nuestra propia interpretación-.
En lo que respecta a nuestra recreación de la imagen original, mantuvimos la distancia focal de la fotografía (30/35mm) y siempre grabamos teniendo en cuenta que el formato que usaríamos sería 3:2. Para recrear la puesta de luces, utilizamos cuatro fuentes lumínicas: el velador con el foco cálido, otro foco frío dentro de la pantalla de la lámpara, una luz cálida que ilumina el sector derecho de la imagen, y otra luz fría cubierta con papel celofán para recrear la luz de la izquierda.
En base a lo que establecimos en este plano, decidimos trabajar, por un lado, con la idea de invasión. Nos llamó la atención el hecho de que el personaje no pareciera pertenecer al espacio, y por lo tanto, lo entendimos como un personaje que entra a un espacio que no es suyo. Por otro lado, la silla vacía, la cual ocupa una buena parte de la imagen, nos inspiró para pensar en una posible entidad que la ocupe, con la cual el personaje interactúe. Nos interesó la idea de que al final, podría revelarse que en esa silla no hay un cuerpo. En torno a todo lo mencionado anteriormente, optamos por empezar con un movimiento de cámara que acompañe al personaje y nos haga hincapié en la sombra que se genera en la pared, generando así cierto misterio. Nos pareció acorde intentar revelar de a poco la información, por lo que utilizamos un plano más corto que no cuente demasiado del espacio. Luego, un segundo plano nos resalta su mirada y su expresión, así como también nos hace preguntarnos acerca de su risa, para a lo último caer en ese plano original, mucho más abierto, donde damos cuenta de que en esa silla no hay nadie -o nadie visible-, y donde por fin conocemos el espacio al que entra el personaje.
Kevin Gordon; 37 años; Oakland, California; $40 - Philip-Lorca diCorcia |
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